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       En la actualidad le damos importancia al mundo infantil, siendo muy complejo y distinto al de los adultos, lleno de fantasías, impulsos, deseos, tensiones, emociones y confusiones, el que puede complicarlos expresando su malestar en comportamientos hiperactivos, falta de atención, dolores físicos, cambios anímicos, estados ansiosos, etc. No hay que olvidar que cada niño es un ser individual y único, con una manera única de expresarse, por lo tanto,  será importante que seamos sensibles a su sufrimiento y contemos con las mejores herramientas psicológicas con el objetivo de ofrecerles una ayuda integral incorporando familia y escuela.

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     Pensemos en una etapa importante como la Adolescencia, período de reorganización física y psíquica, de profundos cambios corporales y emocionales que dan lugar a la adquisición de la identidad adulta. Todos los cambios corporales implican vivencias psíquicas, provocan sentimientos complejos que pueden inundar al adolescente con dudas o temores, dando lugar a una imagen contradictoria , entusiasta o desinteresada, reservada o comunicativa, perezosa o incansable, cercano o lejano a los cariños de sus padres, etc.

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     En conclusión, estamos abiertos a encontrarnos con una serie de trastornos que afectan a niños, adolescentes y por consecuencia se manifiestan en la edad adulta, utilizando el apoyo psicoterapéutico como beneficio que aporta a los procesos psicológicos y a las manifestación de comportamientos  desadaptativos que nos desestabilizan en la adultez.

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